Es algo extraño que la gente decidamos ir en masa a los mismos sitios.
Aquí, aun no hemos alcanzado el lleno absoluto y aunque los comerciantes y hoteleros, entre otros, lo deseen a rabiar, el común de los mortales se conforma con los que han llegado ya. Donde mas se nota la afluencia de publico es, como no, en los centros comerciales de gran tamaño y en los supermercados. Se nota que este año todo el mundo se aprieta el cinturón: una ración para ocho, un helado para dos, una tumbona para todos, etc etc etc. Solo el carro de la compra luce esplendoroso lleno hasta la boca de refrescos, bebidas alcohólicas, viandas para barbacoa y algún detergente para lavar.
Por las tardes me cruzo con varias parejas jóvenes con niños pequeños. Vienen de la playa, van al parque o quizás a la
farmacia, no tengo ni idea. Les supongo de vacaciones por la hora y el atuendo que no por sus caras de fastidio y no puedo mas.