De nuevo entre esta entrada y la anterior transcurren mas días de los que hubiese deseado. Ha sido uno de esos momentos inevitables en que una serie de acontecimientos encadenados me llenaron de desencanto y a veces de impotente desolación. Además mi chasis ha tenido que visitar varios talleres médicos y guardar cama durante unos días.
Mi cabeza ha seguido trabajando mientras tanto tratando de salvaguardarme el alma, menos mal.
Recuperada en parte, vuelvo con ganas de charlar.
Julio llega a su fin sin la gran afluencia de turistas de otros años. La crisis se hace notar hasta en el bolsillo del hamaquero. Vayas donde vayas y estés con quién estés rara es la conversación que no acaba en crisis.
En el trabajo es aún peor. No solo tengo que enterarme de problemas ajenos bastante duros y de dificil solución, sino que esperan que saque la varita mágica y por arte de birlo birloque arregle lo que en algunos casos ellos solos han estropeado. Alguna gente me habla como si los clientes los tuviese guardados en cajas y solo hubiese que dar a un botón para vender o comprar. Y claro, eso solo ocurre cuando lo que se quiere comprar es de mucha envergadura o lo que se quiere vender es de un precio muy bajo pero de calidad.
Además en estos tiempos se ve de verdad como es la gente por dentro. Así hay días que me asomo a océanos de paz y bienestar y otros a infiernos en llamas. Eso si, la variedad no falta.
Escucho a un hombre que vive en una obra cercana hablarme de soledad: "Como solo, bebo solo, duermo solo y solo me moriré. Y no crea que me duele, que ya no. Prefiero vivir solo y en la calle a estar con mi familia". ¿tan mal le quieren a Ud? le pregunto. ¿Y a Ud, me responde altivo, la quieren a Ud?. Me disculpo por la pregunta e intento seguir mi camino. Sin embargo en su esquizofrenia me acaba de etiquetar y no me deja ir facilmente. Cuando lo consigo camino todo lo rápido que mi dedo del pié mordisqueado por "un bicho sin identificar" me permite mientras me prometo a mi misma volver a leer "Los renglones torcidos de Dios" de Luca de Tena.
Y ya lo tengo en la mano.
Las fotos son de La Consula- Churriana (Malaga)