El sol calienta de nuevo. Se nota que se han acabado las vacaciones.
"Mayor" regresa a Cataluña y sus prácticas culinarias. Nos hizo muy felices saber que El Celler Can Roca ha resultado elegido segundo Restaurante del mundo 2011 en la prestigiosa revista Restaurant. A este paso le escupe a mi cocina cuando vuelva, si es que alguna vez vuelve para quedarse.
Su amiga nos encanta directamente al conocerla. Con el paso de los días aplaudimos su elección. Son muy complementarios.
Cincuenta y un mil líos diferentes me complican la vida. Nada que no se pueda arreglar aunque me estreso de mala manera. Sin embargo a veces me rio con ganas. El otro día charlando con una amiga en "Feisbu" le conté lo de mi pez suicida y a pesar de que todo era por escrito nos reimos mucho las dos.
Como le hizo tanta gracia os lo cuento por si necesitáis unas risas. Resulta que "Pequeño", tan ocurrente como siempre, se presentó en casa con dos mini peces color: naranja chillon que te mueres en una bolsita de plástico. Todo ello ocurrió un día de hace seis meses. Una vez convencido de que me había convencido para que se quedarán. Ya sabeís como, XFavor Mama que los voy a cuidar. que los limpio, les doy de comer y los paseo Xfavor X Favor Mama Mama Mama. En definitiva que adopte a los peces de las narices que tan mal fario tienen.
Como era de prever , al poco tiempo se olvidó de los peces. Y yo a pesar del mal fario y todas mis reservas terminé por resignarme a cuidarlos. Uno era enorme en comparación al otro pez. Me preocupaba que el enano lo pasase mal y los vigilaba a ratos. (hay que ver lo enrollante que es mirar peces nadar). Así llegamos al día que os quiero narrar. "Pequeño" y yo ibamos a cambiar el agua a la pecera cuando consternados comprobamos que solo el pez enano nadaba plácidamente en el recipiente. En seguida pensamos en el perro, lo desechamos por absurdo. Un pájaro de la calle entrando por la ventana? Tampoco. De repente "Pequeño" se agacha y encuentra en el suelo casi bajo la cama al pez grande boqueando medio muerto. Lo echamos al agua y se puso a nadar escorado hacía la derecha. Prácticamente se notaba que no iba a sobrevivir. El enano ni se acercó. Entonces nos pusimos a pensar que había podido ocurrir. Mi hijo me dice, yo creo que el tonto el pez se ha creído Jesulín y ha hecho el salto el tigre en la pecera calculando mal la caída. Nos reímos y le contesto, lo que son las cosas, no dábamos un céntimo por el pez chico y va y se mata el grande. Claro, eso es, dice el peliculero de mi hijo, se ha suicidao mami, se ha dado cuenta lo que es vivir con el pesao del pez enano. Desde entonces ni lo mira. Si lo mirara se daría cuenta que el enano cada día esta más grande, ya mismo habrá que cambiarle el nombre.... y la pecera.
Ya me tocaba una de Blade Runner