La primera vez que deje que alguien leyera algo escrito por mi, me sudaban las manos y la angustia me comia por dentro. Recuerdo haber perdido la mirada en el cojote del lector mientras me retorcia por lo lento que leia el tio. El tio, no era más que un novio de juventud, levantó los ojos del papel y mirandome me dijo: es bueno, has de pulirlo. ¿Pulir que? pregunté angustiada, ¿el contenido? ¿ la forma? ¿la ortografia?, No sé dijo él, se levantó y cambio de tema.
Desde entonces han pasado mas años de lo que me gusta reconocer y sigo sin saber porque no consigo mejorar. Creo que el muy canalla me traumatizo para las letras.
miércoles, junio 08, 2005
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