HA PASADO UN AÑO

desde el inicio de la operación Malaya.

Tal día como hoy nos sentíamos dichosos y liberados. Creíamos a pies juntillas "que muerto el perro se acabo la rabia".

Más nada más lejos de la realidad, el perro no estaba muerto y además había contagiado a un sinfín de personas.

El juez Torres durante los trescientos sesenta y cinco días transcurridos no ha cejado en su empeño de instruir una causa que marcará un antes y un después en la historia de mi ciudad. Nos hemos ido quedando con la boca abierta a medida que se ha levantado el secreto del sumario. Yo, personalmente, estupefacta, al ver hasta que punto es capaz de llegar el ser humano por medrar. La avaricia no tenía fondo. Desde al alumbrado publico hasta el agua le ganaban dinero. Muchas mezquindades, desapariciones de bienes publicos, falsedades, cohechos, etc etc. Gran cantidad de vecinos se duelen por tener que ver a los presuntos delincuentes paseando a nuestro lado como si nada. Da rabia, si. Pero mientras no se celebre el juicio, no hay nada que hacer. La ley nos guste ó no, en principio, es igual para todos.

La gestora, serie de personas afines más o menos a partidos políticos con representación en la Diputación de Málaga, han sido los encargados de llevar el barco adelante mientras llega el tan cacareado 27 de Mayo y las elecciones. Mi opinión es que han hecho lo que han podido. Que les podían haber apoyado más y mejor desde instancias superiores, puede ser. Que se han metido a desliar cosas que podían haberse desliado meses más tarde y con un/a alcalde elegido por las urnas, también. Mas, es de agradecer a esos hombres y mujeres el trabajo efectuado, que ha sido y es ingente. Trabajo que pocos agradeceran y muchos les reprocharan. Sea como sea, un año después seguimos presos de la desazón pero también de esperanzas. Ojala esta vez, el pueblo se informe antes de meter al lobo en el redil. Por el bien de todos.

A LOS QUE VAIS A VIAJAR: BUEN VIAJE Y FELICES VACACIONES.