OBOE

Como somos las personas de trabajosas e insidiosas las unas con las otras. Que difícil resulta escuchar sin soslayar, dejar terminar las frases sin meter baza. Y sobre todo, que malo es el protagonismo en general. En estos días en que la miel y la dulzura se convierten en saludo y en adiós a cada paso, que fácil sería hacer un ejercicio de contención y prestar mas atención al otro. Oír además de escuchar. No me refiero a nada ni nadie en particular, simplemente escribo lo que veo. Como iba diciendo, en estos días de Navidad donde la supremacía la lleva el "espíritu navideño" deberíamos poder ser capaces de hacer realidad pequeños sueños de los que tenemos cerca. Ayer mi padre me dio una lección de Navidad al regalar unas botellas de vino. El vino en sí es lo de menos, lo de más era la cara de satisfacción de la persona que lo recibió y lo que dijo: "Gracias a Ud. pondré vino en mesa en la cena del 24 a los mios, Buenisimo y sin privarme de nada para ello!!!!". Cuando habla de privaciones se refiere a la carne, el pescado, el aceite y todos aquellos artículos de primera necesidad de los que pocos prescindimos. Mi padre no tenía mas motivo que el hacer feliz a esa persona y a mi me emocionó su generosidad y su elegancia en la forma en que eligió para darle el vino. Regalar es un arte difícil y farragoso. Unas veces por no saber como ó que y otras por no saber como lo recibirá el agraciado/a.
Ha dejado de llover aunque nubes negras nos contemplan desde lo más alto del cielo.
La música de hoy es un pasaje de la película "La Misión". La misión es una película ganadora del Oscar de Hollywood a la mejor fotografía y nominada para otros 6, incluida a la Mejor Película y al Mejor Director. Globo de Oro a la mejor banda sonora a Ennio Morricone.

Es un placer oír el oboe sobre la orquesta.