He tenido el blog abandonado. La culpa, esta vez, han sido los libros. Cada momento libre que he tenido lo he pasado leyendo. Aunque paso de recomendar y comentarlos no puedo aguantarme las ganas de decir alguna cosa sobre Stieg Larsson de nuevo.
Terminé la ultima parte de la serie "Millennium", La Reina en el Palacio de las corrientes de aire, hace dos días. Las primeras cincuenta o quizás ochenta paginas se me hicieron reiterativas y cansinas. No obstante, me parecía imposible que el autor de las dos anteriores entregas (El Hombre que no amaba a las Mujeres- La chica que soñaba con una caja de cerillas y un bidón de gasolina) no pudiese con los mismos personajes crear un novelón.
A ratos se me hacía morboso pensar que era el ultimo libro que podría leer de su autor sin repetirme. (Larsson murió repentinamente antes de llegar a ver publicadas sus novelas) y a ratos pensaba en su compañera, Eva Grabrielsson. Que se queda sin sus derechos sucesorios (al menos moralmente) por no ser la esposa oficial según las leyes de sucesión suecas. He leido algunas entrevistas a Eva. Su mayor disgusto es ver la industria que se esta creando alrededor de Millennium. Considera contrario el negocio mercantilista a los deseos de Stieg ( Era de carácter humanitario y con gran sentido de la justicia). Por otra parte era un ferviente defensor de los derechos de las mujeres, los niños, luchaba contra la corrupción policial, estatal etc.
Es paradójico,que todo aquello que le disgustaba sea una realidad ahora que él no esta para verlo por arte y gracia de su don con la escritura. Curioso.
Iba por la pagina cuatrocientos y pico cuando de repente fui consciente de ello. No estoy segura en que punto me enganche de nuevo a Larsson pero lo hice hasta llegar al final. Sigo pensando que la serie la escribió como una sola novela. Creo que fue un trabajo intenso en el que el autor volcó todo lo que sabía,imaginaba o podía intuir. Que llegó un momento que fue capaz de crear tal red de personajes que podía haberle dado para muchísimasssss novelas mas. Es increible la intriga que teje sobre las denuncias que hace. Recuerdo que en la segunda parte hizo bastante hincapié sobre el maltrato a la mujer en el ámbito doméstico y familiar de Suecia.
Reconozco que de las tres novelas la ultima es la menos buena. Quizás porque la trama político judicial se hace menos amena. O que a mí las historias de espias nunca me han hecho mucha gracia exceptuando a Le Carre y algún que otro.