Susurran bajito las piedras que aunque el calendario manda ir acabando con el verano, el sol no le hace ni caso. Ultimo día de agosto con los ventiladores a tope y ni por esas.
Toledo viene y se va como siempre: volviendo locos a los de Renfe. Creo que desde que existe el AVE y no vuela con IBERIA la compañia esta muy aliviada. Con Toledo se sabe el día de llegada probable y se desconoce fecha y hora de partida.
Esta vez hemos conseguido pasar de puntillas por temas politicos, somos totalmente opuestas en ello. Reconozco que antes me gustaba picarla y llevarla al paroxismo nervioso con mis ideas "liberales y socialmente opuestas a las de la mayoria de gente de bien que conocemos" (en palabras de ella misma). Hemos chocado en todo lo chocable e incluso lo improbablemente chocable que existe desde que nos conocemos (25 años, una pasada) y sin embargo la quiero. Independientemente de sus locas y extravagantes ideas de blancos y negros, grises y azules es una buena amiga y en el fondo, en el fondo fondo, se lo perdono todo.
Y mientras que ella se aleja de esta tierra estupenda hacia la bella Toledo sigo pensando en ella, en mi y nuestra, cuanto menos, curiosa amistad.