


Recupero el color de las calles de mi pueblo con estas bellas flores. Han brotado en los arboles de la avenida Ricardo Soriano. Me alegra comprobar la cantidad de turistas que nos están visitando durante el verano. La llegada del Rey de Arabia Saudita con su numerosisimo séquito a su palacio de Marbella, revive las esperanzas económicas de los comerciantes y empresarios de este verano incierto. Es alucinante contemplar la forma compulsiva que emplean sus mujeres en comprar ropa, zapatos, bolsos, cremas, perfumes y todo tipo de cosas. Entran en una tienda y salen con quince bolsas (por decir un numero) llenas hasta el borde habiendo desembolsado cantidades inmorales, a mi parecer, por ropa que apenas usaran.
Hace años que me pregunto en que ocasiones lucirán estas señoras tan hermosos trapos, tan magníficos zapatos, máxime hoy en día cuando se ocultan tras velos o burkas o como quiera que se llamen dichos atavíos. Siempre he creído que el placer por poseer montones de ropa se debía a el efecto que produce la misma en la mirada de los que nos observan, quizás en ellas sea otro el placer.
Por lo demás, todo sigue como siempre. Los unos en la cárcel, los otros intentando tirar para delante hasta las elecciones y muchos movimientos de derecha a izquierda y viceversa. En poco tiempo empezaremos a ver nuevos novios para esta bella y amable ciudad. Tengo curiosidad por saber que tipo de "rara avis" nos tocará esta vez. La vida, pese a telecinco, continua como siempre bajo los naranjos y nuestro clima especial. Y como no, preparando la vuelta al colegio, forrando libros, etiquetando, matriculas de autobús, clases de apoyo, zapatillas, uniformes, lo dejo o me voy a marear. Que lo paséis bien