lunes, mayo 11, 2009

Relato I



I Cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia.
Hubo una vez una mujer que decidió vivir en Marbella. Mujer extraña y complicada. No terminaba de delimitar sus gustos y gastos mientras ensoñaba y soñaba con un Frank Sinatra que le supiese tocar la canción que la haría vibrar. Era poseedora por sorpresa de una inmensa fortuna que el destino tuvo a bien enviarle. Y solo necesitaba para ser feliz del todo un palacete o un apartamento gigante tipo años 50 adornado por un Adonis parecido a su Sinatra.


Poco agraciada, según su punto de vista, en vez de sacarse la espina y embellecerse cual una Julia Roberts cualquiera martirizaba a toda aquella que por una u otra razón tuviese que tratar con ella.

Sobre todo si esa "ella" era de talla inferior a la suya, o mas alta, o mas esbelta o mas lo que fuere que la sacara de quicio. En el colmo de su pretendida recién adquirida sofisticación, la costa del Sol le resultaba el escenario perfecto de sus desvaríos. Visitaba las boutiques mas caras, los hoteles mas exclusivos, los restaurantes y las playas de mayor prestigio gastando como una loca el producto de su destino.Se maquillaba, se vestía, se fotografiaba buscando el glamour que el dinero debía procurarle. Claro que ella no calculó que no se es sofisticada solo con desearlo y gastar en ello. Y que las personas no se venden en tiendas aunque se puede comprar alguna en la calle. Siempre intentaba comprar a los que no se vendían.

Cuanto mas gastaba y mas atesoraba menos agraciada y solitaria se encontraba. Sumaba a todas sus fobias el sentimiento de culpabilidad que la embargaba cada que vez que miraba las compras tiradas burdamente al fondo de cualquier habitación o el extracto del banco.
Así que se castigaba a si misma a no salir a la calle, a ver pasar la vida desde su ventana rodeada de lujos que la llenaban de rabia y ganas de dar para dejar de sentir conciencia alguna. Y daba, vaya si daba. Regalaba de la misma forma compulsiva con que compraba. Solo que sus pequeñas o grandes dadibas/penitencias estaban llenas de hiel y ruindad. Cosas de costoso precio buscando un perdón en gente que no podía perdonarla ya que no eran culpables de su mal. Gentes como el repartidor del super, el mensajero, el cartero y hasta los del restaurante chino de la esquina gris los que obnubilados recibían una y otra vez cosas de sus manos. Sin embargo la temían. Veían todos sin excepción que su vida era una espiral peligrosa de soledad, poder y locura.

Luego venia el arrepentimiento de todo lo dado en la crisis de conciencia y avara buscaba formulas para que le regresaran sus cosas. Mezquina y ruin buscaba excusas para poder acusarlos de algo y descargar en ellos culpas con penitencia. Alguna que otra vez le salía perfecto y su ego maltrecho convencía a su pobre cerebro de que todo iba bién. Ella se lo creía.


10 comentarios:

DEMOFILA dijo...

Las cosas materiales, que se pueden adquirir, po mucho dinero que se tenga, no llenan el vacio del corazón, ni te dan la belleza que se ansía, el glamour tampoco se compra, se nace con él.
El dinero no da ni la felicidad, ni la belleza, ni el glamour, y menos menospreciando a los demás.
Marbella ha sido siempre atractiva para el tipo de personas que describes, y lo sigue siendo, pero aquí esas personas se destruyen y van a la ruina, o casi, quizás tengas a alguien cerca de ti que ha pasado por esto, se ha cegado con la luz de Marbella, y el resultado ha sido el mismo que el de esta triste historia.
La historia de una persona que no se puede dar, por mucho dinero que tenga, todo lo que la vida le ofrece, gratis, porque las cosas buenas de la vida no se compran con dinero.
Besos. Una bella, triste, y por desgracia, veraz historia.
Demofila.

Lena yau dijo...

Con personajes así me he topado más de una vez.

Terrible.

Un beso, Marbellí!

TORO SALVAJE dijo...

Pues casi que me da pena, a pesar de su ruindad y mezquindad. Me da pena porque debe tener transtornos mentales serios y su vida debe ser un horror.

Besos.

Letizia dijo...

Esa mujer se parece a una tía mía. La pobre tuvo poca suerte.

Besos de Princesa

juan rafael dijo...

Una joya por pulir.

Anónimo dijo...

Hola,
Teinteresa intercambio de links?
Puedes escribirme a buscandolinks@gmail.com y lo hablamos.
Gracias

la-de-marbella dijo...

Estoy deseando seguir contando mi relato. Me lo debo, tengo que contar esta historia asi me corten la lengua. Paciencia-

Por cierto Juan Rafael, de joya nada, no va por esos derroteros.
Mi amigo Toro Salvaje, se acerca peligrosamente a mi relato con u comentario.
Demofila: No va por ese camino. Aqui no tiene importancia el dinero ni la posición, es mas retorcido que todo eso. Si tienes paciencia lo comprenderas. Besos Guapa, ahhh y besos too para todos los demas.

Sibyla dijo...

Ufffffffffff!!

Qué persona tan atormentada!No se encuentra a sí misma, ni encuentra el equilibrio tan necesario para la paz interior.

Espero continuación...

Un besote guapa:)

Marudemarbella dijo...

¡Genial!

Ya estoy enganchada, y esperando el capítulo siguiente.
Un beso.
Maru

Enrique Rojas Guzmán dijo...

Peculiares personajes y, a veces reales. Volveré.

Un saludo