jueves, marzo 23, 2006

COMO VIVIR EN CANARIAS




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Hoy, como si viviera en Canarias, llevo una hora de retraso en todo. El caso es que no soy yo la retrasada, sino la gente que queda conmigo. Como no estoy por la labor de sofocarme por nada, aprovecho el tiempo para escribir.
Muy cerca de la peluqueria, que os comentaba ayer, había una farmacia. Aún existe, aunque cerrada a cal y canto al menos desde hace quince ó veinte años. Se llamaba Farmacia Lavigne, para mí era un sitio prodigioso. Lleno de botes en estanterias de madera que llegaban al techo a cual más bonito. Me recuerdo comprando cajitas de pastillas "Juanola", que me gustaban a rabiar, por docenas. Poco a poco en la Plaza de los Naranjos se iban abriendo negocios de más categoria y lujo de lo que jamas hubiesemos imaginado. Recuerdo una zapateria que ya no existe en la que soliamos comprar zapatillas de colores.Recuerdo la plaza antes de ser peatonal y a mi madre con su seiscientos cargado de niños, entonces el coche se aparcaba en cualquier parte. Recuerdo la libreria Rivera, pequeña, estrecha y encantadora. Horas de mi infancia transcurrierón allí, escondida entre los libros, sentada en el suelo, y leyendo, siempre leyendo.
Es curioso, al lado de la libreria había una jugueteria y mientras los demas babeaban el escaparate, yo seguia leyendo, nunca había caido en ello. Ser amiga de los libros te convierte en solitaria.

6 comentarios:

vilipendia dijo...

Muy bonito, me ha gustado mucho. Lo siento por ti, pero espero que te hagan esperar a menudo...

giovanni dijo...

En Holanda solíamos preguntar: ¿hora chilena u hora holandesa? Hora chilena daba la posibilidad de llegar una hora más tarde. Me gustan tus recuerdos de tiendas de antes y te vi leyendo en librería Rivera sin ser distraída.
Saludos

vitalidad dijo...

Sí tienes razón los libros aislan, aunque a cambio te dan miles de mundos distintos. Si no solo te queda uno.

Me gusta leer pero también estar con la gente, aunque es más fácil leer.

Anónimo dijo...

Yo siempre te recuerdo leyendo, en mi cama al lado de tu cuarto y abría los ojos porque veía la luz encendida y seguías leyendo aunque fueran las siete de la mañana (también mordiendote las uñas)¿lo dejaste ya? lo de las uñas digo. yo me recuerdo andando por la plaza de los naranjos con mi uniforme y oliendo a azahar, y de camino al colegio tambien me paraba en una tienda de discos que había, aparte de la de J.M. , en ese trayecto me encontraba a nieves hablando sola por la calle (había una leyenda urbana que decía que quería ser monja pero no la dejaron porque no andaba muy bien de la cabeza).
Respecto a lo de la puntualidad tu hermana octubre podría escribir un libro (disciplina inglesa) Mi hija acostunbrada a torearme, se quedo un día a dormir con tu sobrina, estaba octubre y las obligó a dejar la mesa del desayuno puesta por la noche(se acojonó). ja, ja, ja.... Como lo lea me mata.
Besitos a todos. Dor@da.

Anónimo dijo...

Yo recuerdo que tus hermanos y yo entrabamos una hora mas tarde al colegio y despues de ese recorrido por la plaza de los Naranjos con el municipal mal mirandonos (creo recordar que le llamabamos Potaje) y dejaros a ti y a tu hermana Febrero en las escalerillas del Castillo tu madre con su Seat 600 o el 850 o el Seat 124 azul marino nos llevaba hasta el supermercado Costabella ya hoy desaparecido y tambien a su precioso puesto de flores,con aquellas hermosas "dalias" que cuidaba el Sr.Grabiel,despues Septiembre,Octubre,Noviembre y yo Enero nos ibamos hasta la parada de nuestro autobus que estaba en el puerto deportivo,por aquel entonces era el pesquero y nos entreteniamos viendo como sacaban el copo los pescadores.
Gracias por hacernos recordar todo lo vivido. Un beso

Yo mismo dijo...

Una pequeña puntualización, vivir en Canarias haría que llegases una hora antes a todo, no más tarde.
Un abrazo :)