lunes, octubre 30, 2006

ENLAZANDO RECUERDOS

MARY J BLIGE canta Sorry seems to be the hardest word

Me encanta ver el puesto de chucherías desde el punto de vista de un crío pequeño. Miles de tesoros escondidos entre bolsas de plástico con más bolsas en su interior, pelotas de colores, llaveros, gominolas, caramelos, postales "chulas", sombreros, cubos de playa, pulseritas de cuero, metal, plástico e incluso de pasta que simula marfil. Colgantes con calaveras, chicles, pipas, palomitas de maíz, caramelos de colores y un largo etc que da para llenar una pagina.

Nunca me han gustado las golosinas, es una pena, pues me encanta el aire de supermercado infantil que tiene. Cuando era pequeña, en la subida de la Calle Carmen hacia la plaza de San Bernabe había una casa, hoy creo que es una peluquería, que en su planta baja tenía una tienda. Cierro los ojos y veo la cara de los dueños, más no puedo recordar sus nombres. Ella, de voz ronca, cuerpo redondo y ojos saltones. Él algo más alto, enjuto y poco dado a la conversación. A ella mis gustos en cuestiones caprichosas se le hacían muy raros.
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Sólo compraba regaliz negro y pipas de girasol. Lo demás me gustaba mirarlo pero no comerlo y mucho menos comprarlo. Era el tiempo de los "Tigretones", "Panteras Rosas", "Donuts" y "gusanitos". Siempre me preguntaba lo mismo:
¿por qué miras tanto si siempre compras lo mismo? me encogía de hombros y salía corriendo. A veces en la puerta, nos reuníamos un coro de niñas gritando, saltando y poniéndole la puerta perdida a fuerza de tirar cosas. La mujer salía con la escoba, una vez se aseguraba que no quedaba ninguna por comprar y nos hacía gestos con la escoba echándonos escaleras arriba hacia el colegio, mientras nos gritaba con su ronca voz: "Anda a manchar a las monjas, ya os podéis marchar". Subíamos riéndonos y alguna se revolvía gritándola cosas de poco importancia, pero que indignaban a la mujer. Hoy me he acordado de ellos, de sus caras, de su casa, del bacalao salao sobre el papel de estraza, la cesta de huevos, las cajas de tomate y los bocadillos, me olvidaba de los bocadillos, enormes con manteca "colora". Hum, que buenos que estaban. Recuerdo a Luisa, la de la pensión de enfrete, a su tío D. Jesús que se arrastraba en una silla de nea por toda la pensión haciendo un ruido ensordecedor. Una vez Luisa me contó la historia de un huesped que murió en una de las habitaciónes del piso superior. Tendría yo unos diez años y la historia me espantó, supongo que Luisa pondría mucho enfasis en los detalles y mi imaginación haria el resto. Hoy apenas recuerdo sólo esto que os cuento. Y poco a poco me voy enrollando, que no, que ya me voy.
Os dejo a mi perro meditando si le gusta la canción de hoy.

5 comentarios:

TORO SALVAJE dijo...

Me has hecho viajar en el tiempo, he vuelto a comer pipas, kikos, regaliz, comprar sobres sorpresas, colecciones de cromos, tebeos ...., alguien me puede explicar para que narices seguí creciendo???????????

Besos.

Noa- dijo...

En ese mismo quiosquillo estuve comprando chuches yo hace año y medio mas o menos a mi hijo y a todos sus compis de equipo para que se endulzaran la espera hasta los partidos que habían ido a jugar.

Que bonito fue!

Saludos

Antonio Latorre Jimenez dijo...

Pipas y kikos para los ratos salados y paralos dulces el regaliz y los tigretones, que recuerdos, nuestras primeras grasas para el colesterol, fuimos pioneros.
Saluditos.......

juan el bola dijo...

También recuerdo eso de los tigretones y demás. Joder...que tiempos. Recuerdo que era de los que le daba 80 bocaos a uno , mas que nada pa que durara mas.....si es que los veía de higos a brevas.

Lula Towanda dijo...

Muy gracioso el detalle de echaros después de que os había sacado la pasta.