lunes, enero 28, 2008

le daría la luna


La paciente joven esperaba de pie frente a la parada del autobús. Solo había mirado una vez el reloj de la puerta de la barbería situado a su espalda.

Era evidente que esperaba algo. El barbero se sentía inquieto de tenerla allí. No le gustaba la pasividad de la joven, ni su indumentaria. Sentía un gran rechazo por la vestimenta militar, máxime si se trataba de una chica. Llevaba mas de una hora inmóvil y le estaba rompiendo los nervios.

Ultimamente eran pocos los clientes que le quedaban. Todos habían ido desapareciendo con el paso del tiempo. Quizás, su mujer tenía razón y debía haberse modernizado un poco. Solo le quedaban viejos y estos apenas se preocupaban por su aspecto. Así que se pasaba las horas mirando las calles y los movimientos de las personas.

Quedaban diez minutos para cerrar y comer cuando la chica entró en la barbería. Se quedó quieta de espaldas a la luz obligandole a entrecerrar los ojos para poderla ver bien.

Mi abuelo dice que tengo que trabajar con Ud. que me quede tres meses, soltó la chica de un tirón sin levantar la vista del suelo. ¿tu abuelo? Tome, y le dio una carta.
La carta decía: José, eres el único amigo que he tenido. Y como tal te envío a mi nieta con la que ya no puedo mas. Quiere ser peluquera o al menos eso dice y quiero que la enseñes. No me la envíes de vuelta al pueblo que está peleada con todos y me la van a detener. José por la amistad que nos une, haz algo. Siempre tuyo afectisimo. Bartolome

Incrédulo, no se atrevía a mover un músculo. Había llegado la hora de pagar a José y el precio le estaba resultando raro, muy raro.

CONTINUARA......
Repito canción e interprete, pero hoy, no lo quiero remediar.

Diana Krall "Just The Way You Are"

6 comentarios:

Pedro Jorge dijo...

Encantado con tu relato. ¿Qué le debe José a Bartolomé? Ya lo sabremos. Por lo pronto, me declaro tu lector.

Tengo una amiga mexicana que vive en un pueblo pequeño en Francia, cerca de los Pirineos. Y tengo un conocido mexicano que se dedica al cine, vive en barcelona.

Esos dos son mis únicas ligas con Europa. es triste, ¿no?

Vivir en Nueva York sin ser yanqui tiene sus complejidades. Preferiría ir a cortarme el cabello a la barbería de josé.

Un abrazo helado.

Unknown dijo...

Veamos como sigue.

Marudemarbella dijo...

Estoy ya enganchada a tu relato, y espero los capitulos con impaciencia.
¡que arte!
Un beso

Anónimo dijo...

Oye pues es interesante la historia eh? Ya tengo ganas de saber qué pasará, y por qué se peleó la chica con todo el pueblo jajajajaja.

Besos!!!

TORO SALVAJE dijo...

Y además, escribes bien!!!

Que vista tuve cuando te linkeé.

Que siga la fiesta.

Besos y gracias.

giovanni dijo...

Enganchado...
Un beso