

La vida desde Marbella
De niña existian palabras que no se podian decir en voz alta.
Ni siquiera se podia preguntar acerca de sus significados .
Por entonces, leyendo aqui y alla. Hablando con unos y con otros, pude sacar mis propias conclusiones y convicciones. Con el paso de los años, y aun siendo casi adolescente metida a mujer, las cosas cambiaron radicalmente.Pasamos de no poder preguntar a pregunta por favor, todo lo que quieras.
Siempre he considerado un privilegio vivir en democracia. Tener acceso a intervenir en el devenir de las cosas. Protestar, disentir, incluso en ocasiones sentir deseos de expresarme en voz alta y hacerlo. Ocurre que en los ultimos años el aire se ha envenenado. A tal punto que se ven fantasmas en todas partes, resucitamos a los muertos y lo peor, no les dejamos descansar ni en paz ni en guerra. Nos echamos en cara los unos a los otros hechos en los cuales acaso intervino nuestro ADN, que no nosotros.
No sé como se limpia el aire, pero me gustaria tanto volver a oler aquel de mi juventud. De nuevo los arboles no nos dejan ver el bosque y como mejor medida para verlo, parece que hayamos decidido cercernarlos. Ojala no lleguemos a ello.