lunes, junio 27, 2005

35 niños, 2 perros y el resto de la pandilla

El viernes celebré el noveno cumpleaños de mi hijo pequeño. Lo hice en casa de mis padres por aquello del jardin, la piscina y todo lo bueno que tiene su casa. La mía es más modesta y dificilmente podían entrar tantos invitados bajitos. La hora de empezar la marque a las cinco de la tarde, como en los toros, sin embargo y ante mi desolación comenzarón a llegar a partir de las tres y media.

Mi perro, un precioso cocker negro de tres años, ante la llegada de los niños ladraba sin cesar moviendo el rabo y dando vueltas alrededor de la piscina. !!Es increible la de cosas que hacen los perros al mismo tiempo!! El perro de mi madre, un "pseudomastin", con más años qué "La Tana" no queria quedarse atras y tambien ladraba,corria y movia el rabo. Había niños por todas partes, madres sentadas, de pie, en la entrada de la casa. Hubo un momento que desee con todas mis fuerzas que se abriese el suelo y me tragase. Sin embargo, me sobrepuse rapidamente, (cualquiera le falla al niño, para que se traumatice y se pase el resto de su vida restregandomelo), lo que hice fue preparar varias jarras de limon, ron, gaseosa y yerbabuena y repartirlas entre las madres. Quizas se me fue un poquito la mano con el ron, puede ser, ya que el tono de las conversaciones era cada vez más alto, pero estaba tan ocupada que apenas tenía tiempo de fijarme en nada.

El resto de la pandilla: mis hermanas y alguna intima hacian corrillo en las esquinas del jardin, y es que en Marbella nos encantan las esquinas. Si quieres tener una buena conversación con alguien que no ves hace mucho tiempo, no hay nada como quedarse quieto en una esquina centrica, hay charla asegurada. Pasaban las horas y la locura era cada vez mayor, el punto maximo lo alcanzamos cuando mi padre les conectó el sauna. En la cara le veia yo a alguna madre las ganas de meterse tambien; fuí inflexible en ello, nada de madres, los niños y un ratito.

Con el soplo de las velas y el reparto de la tarta la cosa se fué calmando, sí, pero para coger impulso. Que vitalidad tienen los niños de hoy. Tanto yogurth, tantos petits y leches con calcio
no estoy yo segura de que sea muy bueno, todos los chiquillos andan como "atacaos de los nervios" y luego los ordenadores, las consolas, los telefonos, los mp3 y el resto de la tecnologia los ponen espiritosos, como el vino. A las diez de la noche se iba el último niño y empece con la tarea de recoger. Que barbaridad!! cuantisima basura generamos en una tarde, si eso fue en mi casa, que no generarán los locales de comida rapida. Todavia me duele la cabeza del jaleo, sobre todo porque ayer mi hijo se empeñó en probar todos los juguetes que recibió. Lo mejor de todo es que tengo por delante un año entero para recuperarme de la fiesta.

2 comentarios:

Lula Towanda dijo...

Veo que sigues viva!
Aun te quedan algunos compleaños que organizar ¡disfrutalos!

Anónimo dijo...

Eso de los cumpleaños es algo agotador, dentro de unos días tendré un noveno cumpleaños también, así que te he tomado ideas ;) Besitos.