viernes, junio 16, 2006




Carlos Gardel-Tango por una cabeza interpretado por Izthak Perlman

Bello tango de Gardel acompañan estas rosas.

Paseando pude ver la naturaleza al fondo de una ventana. La cuadricula de hierro oxidado le daba un aire irreal a la imagen que la cámara captaba y pensé: ¿es que no podemos dejar en paz el campo?
Parece que no.

Mi hermana Octubre me ha dado muchas fotos de nuestras últimas reuniones. Las he pegado junto a las otras y ahora cuando vuelvo la cara me encuentro sumergida en pequeños retazos de momentos pasados. Por un momento he detenido los ojos en la de mi abuela; es una de las ultimas que nos hicimos con nuestras gafas de sol. Me he tocado la mano donde llevo su alianza y he pensado en flores, tangos, cafés, besos y días de conversación. Algún día, en algún sitio............
PD. Gracias a todos por vuestros comentarios de ayer y como dice P. Coelho:
Escribir es perderse en el mar y descubrir una historia no contada; es tener la tentación de compartirla con los demás y reconocerse en el momento de mostrársela a personas nunca vistas o que existen en mi alma

9 comentarios:

giovanni dijo...

Lindo lo que escribes sobre tu abuela. Un abrazo

rh dijo...

Primero, felicidades por tu cumpleaños de blog, llevo poco tiempo en ésto pero he sido unas cuantas veces uno de los seis mil y pico que te visitaron.
Me gusta cómo cuentas las cosas que vas viendo día a día, lo que sucede a tu alrededor, es como una interesante crónica diaria de la vida misma. Me recuerda a una novela que leí de Philippe Derm que se titula "El primer trago de cerveza y otros pequeños placeres de la vida". Todo es fresco y hermoso aquí, parece un pequeño jardín andaluz en las primeras horas de la mañana, con el olor de esas flores saliendo de la pantalla.
Perdona si me alargo, pero lo del anillo de tu abuela me recuerda algo. Cuando murió mi madre hace un par de años, dejó unas cuantas joyas que repartimos entre sus hijos/hijas (ya sabes, esos recuerdos tan personales e íntimos que casi no quieres ver a veces por la tristeza que te produce). La última vez que estuve en su habitación, cuando ya se había ido, encontre tirada en el suelo una pequeña sortija de muy poco valor, que era la que ponía más cuando estaba en casa los últimos meses. Evidentemente nadie reparó en ella ni le dio importancia, pero yo la cogí enseguida y la guardé mientras me acordaba de su pequeña manía de rozar la piedrecita pequeña que tenía la sortija con la llema de su dedo pulgar.
Esa sortija la he guardado en una cajita, que a su vez está en un cajón en mi habitación y cuando la veo, tomo la sortija con una mano y con los dedos de la otra la acaricio suavemente mirándola. Puede que sea la cosa material de más valor que he heredado de mi madre.
Cuando he leido lo de la alianza de tu abuela lo he recordado.
Te advertí que me enrrollaría un poco, pero así compenso haber entrado alguna vez sin dejar palabras.
Un abrazo y gracias por tus palabras.

Anónimo dijo...

Son casi las doces.No se como responder a zooey,yo lo llevo tan mal con mi madre que murio el dia 11 junio hace 30 años feria marbella

Noa- dijo...

Yo tengo la alianza de mi abuela, que no puedo utilizar porque es grande y no he querido arreglarla a mi medida, para mantenerla como ella la usaba. La guardo en una cajita en mi mesita, al lado de la cabezera de mi cama, y cada noche después de escribir, después de leer, la cojo entre mis manos y la acaricio.

Sé que desde algún lugar ella también me acaricia a mi.

Un abrazo

giovanni dijo...

Gracias por tus comentarios, buen fin de semana y que el gripe pase pronto. Un abrazo.

Anónimo dijo...

No, no, gracias a tí

Un besito

TORO SALVAJE dijo...

Jo, la nostalgia nos arrolla, yo he salido un momento y ahora vuelvo con ella.

Besos.

rh dijo...

perdón, yema es con y (no sé en que estaría pensando)

Anónimo dijo...

Al final no fui a ver la media maratón, y mira que venían muchos amigos y conocidos de distintos puntos de Andalucía. Me imagino que sí que llegaría más de uno cansaete.

P.S. Era un medio maratón, o sea, 21,097 kms, jejejejeje

A mí me encantó ver a ese gorrioncillo que se dejó retratar.

Un besito