jueves, julio 05, 2007

ENTRE JARDINES


Harta de todo ayer tarde no trabajé. Bueno no trabajé en lo mio. Trabajar trabaje bastante.
Una vez vencidos mis escrúpulos por chuparme media jornada laboral, yo soy así de obtusa, decidí pasar la tarde en el jardín que no es mio pero que a su dueño no le importa que mime. Cada uno se quita el estres y la ansiedad como quiere o puede, unos beben, otros se drogan, otros caen en enfermedades, yo me desestreso en jardines ajenos. Empecé con los helechos. Estos se extienden a lo largo de una de las paredes al norte. Verdes y tiesos como lechugas ofrecen frescura a la vista. Quite hojas secas, corte raíces, peine la planta y hasta les dí un buen baño asperjando el agua con las manos.

Si estaban bonitas cuando llegue, al irme eran pura delicia.

El exceso de calor me envió a la sombra en compañía de las aspidistras. Sembradas en grandes macetones crecen hacinadas. Limpio las hojas, aireo las raíces y noto su contento,y si no lo noto lo imagino que para el caso es lo mismo.

Tras ellas crece una platanera desaforadamente, las hojas grandes producen tanta sombra que no dejan crecer a las bajitas. La podo con cuidado dándole forma. El hombre que cuida el jardín me habla y no le escucho. No tengo ganas de hablar, vengo huyendo del ruido, de las voces. Se aleja discretamente y me deja trabajar a mi aire. Los rosales han trepado demasiado y las margaritas se han ajado anticipadamente, lastima. Podo las margaritas ante el horror del jardinero. Yo siempre lo he hecho así y me han vuelto a florecer en poco tiempo. Discutimos ante el ficus rastrero, yo lo encuentro invasivo pero elegante. Al hombre le parece un hierbajo. Cuestión de gustos. Quito cuanta flor seca me encuentro y poco a poco el contenedor se va llenando de hojarasca y restos de poda. Lo malo de este jardín es la cantidad de arboles de hoja caduca que posee. Siempre hay alguno tirando hojas sobre el césped,son como niños traviesos, esperan a que acabes para sacudirse y volver a alfombrar el césped con la prueba de su caducidad . Estoy llena de barro y tengo las manos dormidas de tanto usar la tijera en mi reloj pasan de las ocho y de repente me acuerdo del jardinero. Con paciencia infinita espera a que yo de por concluida la labor sin importarle la hora, debe parecerle extraño que trabaje por gusto, que piense lo que quiera. Fue un tarde estupenda, hoy estoy mas tranquila que las malvas.

La música de hoy para mi padre. Se trata de Caetano Veloso - Cucurrucucu paloma




3 comentarios:

Anónimo dijo...

Leyéndote vienen a mi mente imágenes de mi infancia en las que se encuentra mi tía María, de Toledo, recorriendo y arreglando cariñosamente la gran cantidad de plantas y flores que rodean su enorme huerto, donde crecen pimientos, patatas, tomates, garbanzos, alguna vez tuvieron fresas riquísimas que yo no paraba de comer cada vez que iba, y donde sigue la legendaria higuera que ya era enorme desde que alcanzo a recordar y da unos higos exquisitos... Mmmmm!!, nada como dar un paseo bien tempranito en estas fechas por el campo y, al final, entrar a comer higos fresquitos recién cogidos de su árbol. Ese sabor no tiene precio!!.

Es un gran trabajo el que hacéis las personas a las que os gusta cuidar plantas. Lástima que mi tía esté ya mayor y cada vez pueda agacharse menos, porque es un trabajo de tardes enteras digno de ver... Me conformo con saber que pueda verte a tí haciendo la misma labor en algún momento.

Un besazo

TORO SALVAJE dijo...

Hola.

A mí me haces pasar una tarde así y necesito una cura de salud, en fin, si te gusta pues ya sabes. No sé porqué no te acabo de ver redonda, espero equivocarme, ojalá.

Me estás matando con tus vídeos, el otro día Blade Runner, y hoy éste, cuando oí esta canción en la película "Hable con ella" de Almodóvar, me compré el cd de Caetano Veloso al instante, y lo estuve oyendo sin parar un montón de tiempo.

Ya sabes donde estoy.

Besos.

Paços de Audiência dijo...

Creo que tienes una deliciosa paciencia. Un jardín precioso.